Conoce mejor a tus compradores

Lo primero que debes reflexionar es en ¿cómo vender mejor? – Ten en cuenta que todo se trata del comprador y de cómo él se identificará con tu producto o servicio.

Esta reflexión te llevará a entender que generar conversaciones con un posible comprador significa más tiempo para escuchar lo que tienen que decir y así entender qué es lo que realmente necesitan. El secreto es «conversar» y no solo «escuchar».  Y no se trata solamente de preguntarle qué le gusta o cómo está. La forma en que conversas influye para crear un lazo de confianza y así obtener información de calidad que te permitirá moldear tu estrategia de ventas.

Una vez logres diseñar tu estrategia de ventas, lo ideal es exponerla y ejecutarla, sin embargo, desarrollar tu relación con el prospecto a cliente es importante, hazle saber que has diseñado y configurado una solución que se ajustará a sus necesidades y que no solo haces tu trabajo; sino que también estás avanzando una milla extra para ofrecerle a él una solución que realmente le resolverá o le satisfacerá porque a tí realmente te importa.

El venderse como un solucionador te ayudará a mostrarte como una persona de confianza y el valor que aportará tu producto será respaldada por todo el trabajo que has hecho para cautivar a tu prospecto.

Transmitir tu propuesta

Una vez hayas logrado verte como una solución, es hora de transmitir esa propuesta con los elementos precisos que resolverán los problemas de tu prospecto.

Es de suma importancia que no envíes dicha propuesta sospechando que tu prospecto tendrá dudas, estas deben de ser inexistentes y debieron ser resueltas en el momento en el que te percibieron como una persona de confianza; por lo que no debes dejar solo a tu prospecto, asegurate de darle la propuesta y explicarle cada uno de los elementos expuestos .

Otro elemento a considerar es personalizar tu propuesta, la sensación de recibir más de lo que pagamos es un factor que motivará la compra, por lo que colocar elementos que le permitan a tu prospecto reconocer que hiciste la tarea e identificaste la raíz de sus necesidades y que tu propuesta contiene elementos que se ajustarán perfectamente.

Finalmente, no esperes mucho en transmitir tu propuesta, envíala, acompaña a tu prospecto y hazle saber que cada elemento en ella está especialmente diseñada para él, una vez te has asegurado de lo anterior, es hora de cerrar la venta, y ya podrás decir que tu prospecto es tu cliente y empezará la tarea de fidelizarle.